Nuestra escuela

Baladi Sur es una escuela de Danza Oriental, Árabe o del vientre que nació con este siglo en San Martín de los Andes.
La hacemos día a día todas las que somos parte de ella, todas las mujeres que nos juntamos a vivir un rato de nuestro día desde el cuerpo, desde las ganas de enseñar-aprender-enseñar, con alegría, con entusiasmo, con pereza, con paciencia, con optimismo, con ansiedad, con el cansancio del día a cuestas, bajo el favor de la luna de turno, la escuela "es" solo gracias a que todas nosotras somos.
Vivimos en un lugar que cambia y renace con cada estación, nosotras bailamos las cuatro estaciones, bailamos en el ciclo de nuestra vida, bailamos aprendiendo a escuchar nuestras propias estaciones.
Aprendemos acercándonos a la técnica de la danza oriental femenina, buscamos empaparnos de su esencia, nos afinamos en las notas de nuevas melodías que nos eran ajenas, latimos al compás de ritmos con olor a otra tierra, observamos, a veces desconfiadas, nuevas posibilidades de belleza, viajamos con la imaginación por algún texto, espiamos costumbres (baladi) de un mundo que de niñas parecía posible solo en cuentos; estos son los artilugios y herramientas que utilizamos para animarnos a bailar y a crear, con todo este bagaje improvisamos y vivimos esta danza de manera espontánea, tal como es, con todos los condimentos que le da el día a día.
Nuestro baladi esta aquí en el Sur, elegimos este lugar para vivir y desde acá nos animamos a crear y a probar una nueva forma de bailar oriente desde un sur muy lejano.


Luciana.



jueves, 15 de diciembre de 2011


El lunes por primera vez tuve el placer de ser espectadora en la muestra de alumnas de Baladi Sur.
Vi toda esa energía que se vive tras bambalinas proyectada hacia el publico.
Disfrute de cada danza, de los colores, del esmero con que cada mujer se arreglo para estar espléndidamente bella, de cada sonrisa, de las miradas de complicidad con el publico, de las miradas al suelo o a las compañeras buscando refugio en un momento de duda coreográfica, de cada gesto de timidez y de cada acto de desparpajo o picardia, disfrute de la frescura de la niñas, de la flexibilidad y la dulzura de las adolescentes, de la madura sensualidad de los grupos de mujeres adultas, disfrute de ver el trabajo de todo el año reflejado en cada movimiento, de la cara de satisfacción que produce la tarea cumplida, de las lagrimas derramadas al ver el fruto de tanto esfuerzo, disfrute de ver un código que las unía a todas, de la emoción, de los aplausos, de los sueños cumplidos, disfrute de ver la evolución de esas hermosas mujeres y mujercitas que tuvieron la amabilidad de compartir sus danzas.
Medite sobre todo ese disfrute y sonrei, sonrei desde el corazon que habia sido mimado durante casi una hora con tan bonito regalo.
Gracias a todas. Luciana






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